Espectacular lucía en el paso el Señor, ataviado con su mantolín morado y acompañado por sus doce apóstoles, también ataviados con mantolines bordados cedidos para la ocasión por diversas corporaciones de penitencia de la ciudad, en lo que pretendía ser la conmemoración extraordinaria del V Centenario de la Fundación de Hermandades Sacramentales en la ciudad de Sevilla. El conjunto se completaba con un acertado exorno floral rematado por espigas y uvas que dibujaban una imagen decimonónica irrepetible, bastante elogiada por todos aquellos que contemplaban el paso
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